En otras ocasiones, hemos hablado de decorar nuestra zona de trabajo en casa, un pequeño despacho en el que trabajar si tenemos una empresa propia o nos llevamos algo de trabajo a casa. En nuestro artículo de hoy vamos un paso más allá y te ayudamos a crear un fantástico ambiente de despacho de estilo clásico, con aires masculinos y retro, que te transportarán a esas películas y series de Hollywood, ambientadas en los años 40 y 50, en las que los despachos de los altos ejecutivos eran todo un prodigio de maderas nobles, asientos de cuero, trajes de sastre y olor a puro.

¿Eres un amante del estilo clásico y de la elegancia de lo retro? Hoy te damos unas cuantas claves de estilo para montar tu propio despacho clásico, ya sea en casa o en tu oficina. Si tienes la suerte de disponer de una habitación amplia y luminosa, ya tienes un buen punto de partida. Si quieres un despacho majestuoso y espectacular donde trabajar y reunirte con tus clientes, ¡no pierdas detalle de nuestros consejos de decoración!
En primer lugar, tienes que medir la estancia para saber el espacio del que dispones para poder colocar cada elemento. De acuerdo con sus medidas, deberás elaborar un boceto de la sala, detallando la distribución de los muebles y accesorios decorativos. Acto seguido, deberás pasar a la elección del mobiliario. Las piezas indispensables serán la mesa de despacho, las librerías / estanterías y los sillones.
Nosotros sentimos una especial predilección por las mesas de despacho con cajones y tapete de piel, como la de la colección Parana, que lleva a conjunto dos librerías una sencilla y una doble, así como una silla confidente.
A la hora de elegir un sillón de despacho clásico, te recomendamos que escojas uno tapizado en piel, con pie central y ruedas. Este modelo, en concreto, el 'Deliane', luce un abotonado o capitoné muy bonito y elegante, que es rematado con una hilera de tachuelas doradas, que embellecen el conjunto. A conjunto con éste, hemos escogido un sillón confidente, el 'Delyan', también tapizado en piel en capitoné y con tachuelas. En este caso, cuenta con brazos torneados y patas cabriolé.
Otro de los elementos imprescindibles de un despacho clásico son las alfombras. En este caso, en nuestro despacho ficticio colocaremos dos: una bajo la mesa de despacho y la otra en la zona de recepción. En este caso, hemos escogido una buena alfombra persa con un rosetón central, disponible en dos tonos, el 'Alfombra clásica Lyon'.
Todo despacho necesita lámparas para iluminar las distintas zonas de actividad. En primer lugar, tendremos la lámpara de sobremesa para la mesa de despacho, la 'Lámpara sobremesa tiffany Codés', una de pie para colocarla junto al sofá, la 'Lámpara librería Bajira' y otra de techo para dar iluminación general a la estancia, la 'Lámpara de techo clásica Alberta Marfil'.
En la zona de recepción para las visitas, hemos escogido para ti un magnífico sofá chester de tres plazas, el modelo Gales. Este sofá tapizado en piel acabado en capitoné dará un extra de elegancia y clase a tu estancia, y diferenciará perfectamente las dos zonas de actividad.
Frente a él, una mesa de centro sobre la que apoyar el café o las bebidas que ofrezcas a tus clientes o invitados. En este caso, te proponemos dos opciones distintas. Las primera es una mesa cuadrada con sobre de cristal, patas curvadas y una base con bandeja de madera, muy bonita, clásica y elegante: el modelo Tayal. La segunda opción, es una mesa rectangular de madera con sobre y bandeja inferior de cristal, muy elegante y ligera: el modelo Orba.
Sobre el sofá, colocaremos un majestuoso cuadro clásico como éste, que se adecue con el largo del sofá y con la altura del techo. Para acentuar la presencia del cuadro, colocaremos un aplique de pared (de tubo o 'iluminacuadros') que ilumine el cuadro desde arriba.
Por último, que no menos importante, este despacho de estilo clásico deberá contar con una camarera clásica que haga las veces de mueble bar, donde colocaremos las bebidas que serviremos durante las reuniones o visitas. Nosotros te proponemos dos bonitos modelos clásicos: uno con las patas talladas (el 'Denali'), y el otro con asa (el 'Naya'), ambos con ruedas y doble bandeja de cristal.
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