Los pedestales y las columnas son un elemento muy funcional y elegante, que te puede venir de maravilla para destacar algún objeto determinado o elevarlo del suelo. Si bien, en ambientes más clásicos y lujosos siempre han sido un básico de decoración, en espacios más cotidianos (una de nuestras casas, por ejemplo), no se le ha terminado de encontrar la utilidad y no ha gozado de excesiva popularidad. Aún así, lo cierto es que los pedestales, bien utilizados, resultan muy funcionales y pueden llegar a darle un toque de distinción y sofisticación al ambiente en el que son colocados.

Pero, ¿qué es un pedestal? No es más que un prisma rectangular sobre el que podemos apoyar una columna, una estatua, una planta o un objeto al que queramos dar importancia o resalte. Este prisma puede ser de distintos tamaños y en ocasiones, puede hacer las funciones de una columna, debido a sus dimensiones. Otro de sus significados va relacionado con 'tener a alguien en un pedestal', lo que supone admirar o apreciar las cualidades de alguien, poniéndolo en un lugar privilegiado o de honor. En este caso, pese a que esta expresión es totalmente metafórica, explica muy bien el concepto: poner algo en un lugar destacado o importante. Para eso sirve exactamente el pedestal: para exponer un objeto y dotarlo de importancia y valor (un jarrón, un centro floral, una escultura, etc).

Por tanto, lo que coloquemos sobre el pedestal será siempre algo a lo que daremos especial importancia, convirtiéndolo en el foco decorativo de la estancia. Si está elevado y colocado a la altura de la vista llamará más la atención, que si está en el suelo. De esa manera, podemos colocar un busto, una escultura, un objeto de gran tamaño, e incluso, un jarrón con flores o unas velas de distinto tamaño. Esto es lo que ocurre en los interiores de un hogar, pero en una tienda, ¿qué papel juegan? En realidad, casi el mismo: exponer, destacar y mostrar un producto (un bolso, un zapato o una joya, cubierta por una caja de cristal).

Una vez nos hemos adentrado en el concepto, llega el momento de ver qué tipos de pedestales y columnas podemos encontrar. Las hay de mármol (lisas o acanaladas, como las clásicas), de madera, de metal, de materiales sintéticos o tapizadas; cilíndricas o políedricas; clásicas, modernas o de estilo contemporáneo. En Ámbar Muebles, tenemos una selección, entre la que encontrarás las columna o pedestales, que necesitas para decorar tu hogar.
En la decoración de tus estancias interiores o exteriores, el número importa y cómo se ubican en ellas, también. Por ejemplo, si utilizamos uno solo, tendremos la intención de ensalzar una copa, un jarrón con flores o un objeto decorativo de diseño. En vez, de colocarlo sobre un mueble más grande, acompañado de otros accesorios, preferimos aislarlo y colocarlo en un lugar visible, donde pueda lucir de la manera adecuada.
Si quieres dar un golpe de efecto con un pedestal, sitúalo al final de un pasillo largo, estrecho y bien iluminado. Aquí deberás tener en cuenta lo siguiente: que el color del pedestal contraste con el de la pintura de la pared, que lleve una luz de exposición justo encima y que el objeto decorativo que coloques, llame la atención de verdad. Da igual que sea un precioso ramo de flores o una escultura vanguardista: haz que destaque y que se vea bien desde el principio del pasillo.
Pasamos al número dos, a la pareja de pedestales: a la magia de la dualidad y la simetría. Puedes utilizar dos pedestales o columnas para flanquear una puerta, un aparador, un ventanal, un sofá o un cuadro. Si utilizas la simetría en la estancia que estás decorando, recuerda hacer lo mismo con el resto de muebles y accesorios: dos mesitas, dos lámparas, dos sillones, dos cojines, dos jarrones, [...] y en el centro, el elemento principal: la mesa de centro, la mesa de comedor o el sofá. Si sigues está norma, conseguirás un ambiente lleno de armonía y equilibrio visual.
El número tres, lo reservamos para composiciones de distintos tamaños y formas, a distintas alturas; situados en el mismo o en distintos puntos de la estancia; combinados o contrapuestos, para generar saltos visuales. Normalmente, si hacemos valer esa norma, deberemos ubicarlos los más pequeños delante y los más altos, detrás.
Si por contra, decidimos utilizar tres o más pedestales en el mismo espacio, situándolos de manera lineal a lo largo de un pasillo o recepción, deberán ser del mismo tamaño y estar totalmente alineados. Si utilizas tres juntos, aportarás dinamismo, equilibrio y una separación virtual de la pared o de la otra parte de la estancia. Si decides ubicar más de tres en un espacio, por ejemplo, un pasillo, conseguirás alargar la estancia y crearás una enumeración visual, llamando la atención sobre el camino desde el principio hasta el fondo, como si se tratase de una exposición. Por ejemplo, si tienes un gran salón o un pasillo amplio, puedes ubicar varios y colocar sobre ellos, centros de flores o esculturas de la misma colección.